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Información sobre el Alzheimer
El Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo que destruye de forma gradual la memoria de las personas y su capacidad de aprender, razonar, formar juicios, comunicarse y llevar a cabo actividades cotidianas. Fue descubierta en 1906 por el neurólogo alemán Alois Alzheimer.
Las causas del Alzheimer no se conocen realmente, pero hay una serie de factores que aparentemente pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad. La edad avanzada se considera el factor más importante, pero hay otras factores como la predisposición genética, la hipertensión, la diabetes, el colesterol, la obesidad, el tabaco y el alcohol, un coeficiente intelectual bajo, etc.
La enfermad de Alzheimer afecta en mayor medida a las mujeres. Aunque todas estas causas no están totalmente demostradas, han ayudado a conocer mejor la enfermedad y por lo tanto a disponer de nuevos medicamentos que mejoran los síntomas de la enfermedad pero ninguno es totalmente efectivo. Algunos pueden retrasar la pérdida de memoria pero ninguno es capaz de detener la degeneración de las células cerebrales.
Según datos de la CEAFA (Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias), en España existe alrededor de 800.000 enfermos. Además, se estima que el 20% de los mayores de 80 años padecen Alzheimer.

Las fases de la enfermedad
Predemencia
Los primeros síntomas de la enfermedad se confunden frecuentemente con la vejez o estrés en el paciente. Estos signos precoces pueden tener un efecto sobre las actividades de la vida diaria. El síntoma más importante es la pérdida de memoria, la dificultad para recordar hechos recientes y para adquirir nueva información. En esta fase de pre-enfermedad puede aparecer apatía en el paciente. Esta fase es denominada por algunos como deterioro cognitivo leve.

Fase 1. Demencia inicial
En esta fase inicial se comienza a observar algunos síntomas extraños en el enfermo. En cuanto se detecta alguno de estos síntomas es necesario consultar al médico, ya que un diagnóstico rápido del Alzheimer ayuda a establecer un tratamiento para enfrentar la enfermedad. En esta primera fase el enfermo puede llevar todavía una vida independiente. El tratamiento al detectar la enfermedad en esta fase se orientará a paliar la posible depresión, angustia o ansiedad que puede producir la enfermedad, a retrasar la evolución del Alzheimer potenciando el correcto funcionamiento de las neuronas cerebrales y a controlar la agitación nocturna y favorecer el sueño.
Los síntomas en esta fase inicial pueden ser:

  • Pequeñas pérdidas de memoria.
  • Dificultad para realizar tareas cotidianas como escribir o vestirse y tareas mentales como sumar.
  • Dificultad de coordinación y de planificación.
  • Problemas de comunicación. No encuentra las palabras adecuadas para expresarse.
  • Desorientación temporal y espacial.
  • Repentinos cambios en el comportamiento y el humor.
  • Colocación de objetos fuera de lugar.
  • Pérdida de iniciativa e inseguridad.
  • En esta etapa el enfermo puede desorientarse en la calle y llegar a perderse. Para evitarlo se puede tomar una serie de precauciones:
  • Colocar en su muñeca una pulsera con un número de teléfono de contacto.
  • Avisar a conocidos de la situación para que alerten a la familia en caso de encontrar al enfermo de Alzheimer deambulando por la calle.
  • Usar un localizador GPS para personas con Alzheimer, con el que la familia siempre pueda saber donde está.

Fase 2. Demencia moderada
En esta fase se produce un empeoramiento progresivo. Los pacientes pueden seguir realizando algunas tareas con cierta independencia, como usar el baño, pero necesitarán ayuda para llevar a cabo otras tareas más complejas. Los problemas mentales que se habían detectado en la etapa se agudizan en la segunda fase.
Las características principales de esta fase son:

  • Pérdida de la capacidad para reconocer objetos y personas.
  • Empeoran los trastornos de la memoria. El enfermo deja de reconocer a sus familiares más cercanos.
  • La memoria a largo plazo se deteriora y olvida parte de su pasado.
  • Olvida gran parte de su vocabulario con lo que le cuesta hablar y comprender a otras personas. Las capacidades para leer y escribir empeoran progresivamente.
  • Las secuencias motoras complejas se vuelven menos coordinadas perdiendo la capacidad de hacer las tareas rutinarias, como poner la mesa o ponerse una camisa.
  • Puede perderse fácilmente si sale a la calle sin compañía.
  • Cambios de conducta: En ocasiones presenta acciones violentas y en otras se muestra más sumiso y dependiente.
  • Las manifestaciones neuropsiquiátricas más comunes son las distracciones, el desvarío, la irritabilidad y la fragilidad emocional, que incluyen llantos o risas inapropiadas.
  • En algunos enfermos de Alzheimer aparecen ilusiones en el reconocimiento de personas.
  • Puede aparecer la incontinencia urinaria.

Fase 3. Demencia avanzada
En esta última etapa, los enfermos de Alzheimer pierden la movilidad debido al deterioro de la masa muscular. Esto provoca que el enfermo tenga que ser encamado, por lo tanto, en esta etapa, el enfermo es dependiente para todas las tareas básicas de la vida, necesita que le den la comida, que le aseen y que le muevan. La habitación del enfermo debe ser agradable, ya que va a pasar la mayor parte del tiempo encamado. Si bien, la inmovilización absoluta del enfermo de Alzheimer es desaconsejable, es necesario alternar los largos periodos en cama con algunos periodos en el sillón. También es importante ayudar al paciente a que pasee por la casa y se incorpore, ya que la capacidad de caminar se va perdiendo progresivamente, caminan de forma errante y sin sentido. Sus movimientos son lentos y torpes debido a la rigidez muscular que aparece en la tercera fase.
Los enfermos de Alzheimer en esta etapa pierden el contacto con el medio exterior, por lo que no pueden comunicarse ni responder a los estímulos externos. Además, el lenguaje de los enfermos llega a estar severamente desorganizado e incluso se pierde, aunque conservan la capacidad de recibir y enviar señales emocionales.
El enfermo en esta etapa necesita recibir unos cuidados más especializados, los familiares tienen que aprender algunos cuidados básicos de enfermería con asesoramiento de profesionales para poder atender correctamente al enfermo. Además, la ayuda domiciliaria es imprescindible, la familia sola no se puede hacer cargo del enfermo porque necesita muchos cuidados. En ocasiones, es conveniente el ingreso del enfermo de Alzheimer en una residencia.
Es importante que el enfermo tenga una buena alimentación para cubrir el aporte energético que necesita para mantener las funciones vitales. La comida debe ser triturada en purés, papillas y zumos ya que el enfermo no puede masticar los alimentos sólidos. También es importante mantener una buena higiene, realizar cambios posturales frecuentemente y emplear cojines y colchones especiales para evitar las heridas que se pueden producir por la inmovilización de los enfermos.
El enfermo es incapaz de expresarse si tiene frío, calor, hambre o si siente dolor, por lo que hay que atender esas sensaciones. También son muy importantes las muestras de afecto ya que en esta etapa el enfermo es especialmente receptivo. Los pacientes en la última etapa presentan rigidez corporal, no controlan los esfínteres y permanecen postrados en cama, lo que aumenta el riesgo de que surjan complicaciones por infecciones, deshidratación, heridas por la inmovilización o desnutrición. De hecho, los enfermos de Alzheimer no mueren por la enfermedad en sí, si no las complicaciones e infecciones que se producen por la inmovilización.