Fuente: tipsalud.com
Se ha dado por hecho que la dentición puede dificultar la alimentación, se suele culpar a la dentición de todas las dificultades que se tienen con un bebé de más de 4 meses. Muchas veces decimos que cuando un niño se niega a recibir comida es porque los dientes ya no tardarán en aparecer. Y no muy lejos de la realidad, debido a que las encías del bebé están inflamadas en la parte delantera de la mandíbula inferior causa dolor al momento de comer. Los dientes actúan como si fueran astillas, unos cuerpos pequeños y extraños que producen la inflamación en las encías.
Los especialistas afirman que cuando el bebé mama hay más acumulación de sangre en las encías congestionadas, lo que le produce dolor.
Si se chupa los dedos con frecuencia y se pone molesto o irritado cuando agarra el pezón, lo más seguro es que esté empezando la dentición. Cuando esta etapa ha iniciado, lo que se puede esperar es que el bebé se frote los oídos como si le dolieran, pero lo que sucede es que los nervios que van a los dientes pasan a través del área de la oreja y para el bebé le resulta agradable frotarse esa zona.
El Dr. T. Berry Brazelton (Autor del libro: “El método Brazelton en la alimentación”), recomienda lo siguiente: “Si quiere ayudale, lávese las manos y frote la encía en el lugar en el que sus labios se encuentran con ella. Con esto ayudará a reducir la inflamación. Al principio el niño rechazará esto, pero cuando se calme lo agradecerá. Ésta es una estrategia que puede ayudarle a evitar el dolor. Pronto notará que el niño busca su dedo y se frota las encías con sus propios dedos.”