Consejos para comer conscientemente

Fuente: facildedigerir.com

En esta época de fiestas que estamos rodeados de platillos deliciosos y con una fuerte carga emocional, no se trata de no comerlos o de sufrir al hacerlo.  Si no de disfrutarlos de forma saludable.  ¿Cómo conciliar los platillos y eventos de esta época con un estilo de vida saludable?

Desde mi punto de vista, parte de un estilo saludable es disfrutar de las tradiciones, los platillos que nos gustan, la convivencia social, pero sin dañar nuestra salud y actuando congruentemente con lo que le funciona a nuestro cuerpo.  Una de las mejores maneras que yo he encontrado para disfrutar de forma sana la comida en general es adoptando las prácticas del comer conscientemente.

Comer conscientemente o, en inglés, “mindful eating” es una práctica que involucra traer toda tu atención a lo que comes y al proceso mismo de comer.  El énfasis  se centra no solo en el qué, sino en el cómo se come.  Comer conscientemente involucra escuchar a tu cuerpo para determinar qué, cuándo y cuánto comer.  Implica explorar la comida con tus cinco sentidos, examinar los pensamientos, emociones y sensaciones que surgen al comer.
Comer conscientemente ayuda a comprender y mejorar tu relación con la comida y a devolverle el sentido de placer y satisfacción al acto de comer.

Consejos para comer conscientemente

Busca un lugar en el que te sientas cómodo y siéntate a comer.  Cuando comemos parados, platicando, mientras servimos a otros, el foco de nuestra atención tiende a estar en otra actividad (la plática, las necesidades de otros) lo que hace que no tengamos ni idea de qué ni cuánto estamos comiendo.

Antes de servirte, tómate un momento para observar todas las opciones de comida ante ti.  Explora la comida con tus sentidos.  ¿A qué huele? ¿Cómo se ve?  ¿Qué realmente deseas comer?
Una vez que has decidido lo que comes, detecta tu grado de hambre FISIOLÓGICA.  Y sírvete en porciones de acuerdo a tu hambre fisiológica no al hambre emocional, no al antojo.
Si te es difícil elegir entre todas las opciones, sírvete poco de todo y disfrútalo poco a poco.  Verás que con unos cuantos bocados recibirás el sabor y el placer que  buscas, realmente no es necesario comer demasiado para sentir placer.

Reacciona menos y decide más. Ante el impulso de comer algo o de comer mucho, para un momento y pregúntate: ¿realmente quiero esto? ¿por qué siento tantas ganas de comerlo, es por hambre fisiológica o por una carga emocional?  De acuerdo a las respuesta decide en consciencia si comes o no.

Come pausadamente.  ¿Se han fijado como la mayoría de las personas en cuanto se meten un bocado a la boca, ya están partiendo el siguiente, y aún sin tragar el bocado anterior, se meten más alimento a la boca? Esta práctica ocasiona que comamos demasiado rápido sin digerir correctamente los alimentos, sin dar tiempo a que el cuerpo registre la señal de saciedad y sin disfrutar lo que comemos.  Una estrategia que me encanta para solucionar esto es soltar los cubiertos después de habernos metido un bocado a la boca.  Y volver a tomarlos hasta que hayamos tragado.

Cierra los ojos.  De cuando en cuando, cierra los ojos al masticar y percibe las texturas, la temperatura, los sabores, los olores de lo que comes.
Pon tu atención en el acto de tragar también.  ¿A qué sabe la comida?¿Qué es lo que quieres comer ahora?
Contacta contigo constantemente para saber tu grado de hambre y satisfacción.  Para de comer cuando te sientas satisfecho.  Para aprender a detectarlo te recomiendo leer: Espectro del hambre y la saciedad Parte I, Parte II y Parte III.

Da gracias. Siéntete afortunado por poder degustar los alimentos que tienes frente a ti.  Agradece, a la vida, la madre tierra, a tu deidad, esta oportunidad.  Toma consciencia de todo el proceso para que esa comida llegara a tu mesa: el crecimiento de los vegetales, el trabajo de los agricultores…hasta llegar a las manos que lo prepararon.  Toma consciencia de la alegría de contar con tus cinco sentidos para disfrutar. Es realmente conmovedor.