Fuente: blogdefarmacia.com
La práctica de efectuar perforaciones de forma voluntaria en diferentes partes del cuerpo con el fin de colocarse aretes, pendientes o cualquier otra joya ha sido común en diferentes épocas y ámbitos, si bien hoy en día es una práctica muy extendida en occidente que sobre todo responde a una moda, o a una forma de integrarse en un determinado grupo o subcultura.
La persona que decide colocarse uno de estos objetos debe tener en cuenta unas pautas mínimas de actuación con el fin de evitar infecciones y complicaciones posteriores. No debe olvidarse que se trata de insertar un elemento extraño al que el organismo puede reaccionar de forma negativa.
Es importante mantener una correcta higiene, cuidarlo, sin excederse en las curas y jamás intercambiar la pieza con otra persona.
Pautas generales para la perforación
- El material debe estar perfectamente esterilizado.
- Los materiales de las joyas deben ser de titanio, acero quirúrgico u oro de 14 a 18 quilates.
- La piel debe estar limpia y desinfectada.
- Deben emplearse guantes quirúrgicos nuevos y no tocar nada que no esté esterilizado.
Recomendaciones tras el perforado
- Están desaconsejados los baños prolongados en piscinas o spa durante los dos primeros meses. También está desaconsejada la exposición continuada al sol.
- Hay que limpiar muy bien los aros y pendientes durante la cicatrización.
- Las manipulaciones deben efectuarse con las manos lavadas con jabón.
- El período de cura oscila entre cuatro y ocho semanas, en función del lugar donde se haya realizado.
Problemas habituales causados por piercing
- Infecciones
- Alergias
- Alteraciones en la cicatrización
- Rechazo
- Desgarros y perforaciones de nervios o vasos
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