Lo que verdaderamente dice la barriga de una embarazada
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DuraFuente:diariosalud.netnte el embarazo, muchas mujeres sienten que su barriga se ha convertido en una auténtica bola de cristal. En cuanto la gestación comienza a hacerse evidente, no pasa un día sin que alguien se aventure a adivinar el sexo, el tamaño o, incluso, la fecha de nacimiento del bebé sólo con mirar la forma, las dimensiones o la posición de su abdomen.
Las cábalas suelen empezar en torno al cuarto mes de embarazo y generalmente se prolongan hasta el mismo día del parto (si una ecografía no resuelve antes el misterio). Pero, como ocurre con las apuestas a cara o cruz, al final sólo la mitad de los 'adivinos' aciertan.
"Estos mitos todavía nos llegan a menudo a las consultas", reconoce Pluvio Coronado, ginecólogo del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid. "No tienen ninguna validez, pero perviven porque siempre hay un 50% de posibilidades de que se cumpla el vaticinio", señala.
Coincide con su punto de vista José García Flores, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón de Madrid, quien añade que también son habituales las dudas sobre por qué algunas barrigas parecen crecer mucho más que otras.
Ambos expertos aclaran que "cada embarazo es único" y que la apariencia del abdomen de una gestante depende de múltiples factores que interactúan entre sí. Estos son los más importantes:
- Edad gestacional: "Obviamente, cuanto más avanzado esté el embarazo, mayor va a ser el abdomen", explica García Flores. Sin embargo, el tamaño del bebé no es lo único que influye en el crecimiento del perímetro abdominal, por lo que dos mujeres con las mismas semanas de embarazo y un feto de similares características pueden tener barrigas completamente diferentes, ejemplifica.
- Tono muscular: "Cuando se tiene poco tono muscular en el abdomen, lógicamente cualquier cambio o aumento de peso se nota mucho más", señala Coronado. "Este es un factor muy importante", comenta García Flores, quien recuerda que esto es lo que hace que, generalmente, los segundos embarazos sean más voluminosos y se aprecien antes a simple vista que las primeras gestaciones.
-Situación fetal: También puede influir en el volumen de la barriga cómo se encuentra el bebé en el útero. "Si se encuentra con la espalda pegada a la columna de la madre y las piernas hacia adelante el abdomen puede tener un aspecto un poco más picudo", indica Coronado. Por otro lado, si el feto está colocado en vertical o cerca de la cara posterior del útero, la tripa suele abultar menos.
- Anchura de la pelvis: De la misma manera, también es significativa la constitución pélvica de la futura madre. En aquellas en las que la pelvis es más estrecha, el bebé tiende a encajarse menos, lo que lleva aparejado un mayor volumen en la barriga, coinciden los especialistas.
- Cantidad de grasa: Independientemente de la evolución del embarazo, también es clave el peso previo de la madre y la cantidad de kilos que engorde durante los nueve meses. Actualmente, los especialistas coinciden en señalar que las mujeres con un índice de masa corporal normal previo a la gestación no deberían ganar mucho más de 12 kilos para evitar complicaciones.
- Otros factores: También pueden modificar el tamaño de la barriga -aunque sea temporalmente- otros factores, como la cantidad de líquido amniótico o los gases habituales durante el embarazo.
Con todo, los especialistas recuerdan que la barriga no debe ser motivo de preocupación para las futuras madres. "Lo importante es saber si el bebé crece o no bien, y eso se controla a través de los patrones de biometría fetal (valoración de parámetros como el tamaño de la cabeza, tronco, piernas, etc), que en nuestro país se hace habitualmente en las ecografías", concluye Coronado.