Se estima que el 19% de los casos de cáncer se deben a factores medioambientales
Por TERESA ROMANILLOS 20 de abril de 2012
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El cáncer es la segunda causa de muerte en todo el mundo. Tras los numerosos motivos que provocan su desarrollo, se calcula que cerca de un 19% de los casos se deben a factores medioambientales. La contaminación ambiental y el entorno laboral pueden ser, a menudo, el foco del problema. No obstante, el hogar tampoco está exento de riesgo y no siempre es el lugar seguro que se cree. Para conseguir un entorno saludable, no hay que perder de vista algunas recomendaciones que incluyen aspectos como la ventilación, el agua que se consume, los materiales de construcción e, incluso, los aparatos que generan ondas electromagnéticas.


Cáncer de pulmón y radón

En muchos países, el radón ocupa el segundo lugar en la lista de las principales causas de cáncer de pulmón. Es un gas de origen natural que se produce por la desintegración radiactiva del uranio que hay en las rocas y en el suelo. El radón pasa fácilmente al aire, donde se desintegra y forma varios productos que emiten partículas radioactivas. Estas partículas están en el aire que respiramos y pueden provocar daños en el material genético de las células de las vías respiratorias y, de esta manera, causar cáncer pulmonar.

El radón es el motivo principal de cáncer pulmonar en las personas no fumadoras, aunque la probabilidad de desarrollar esta neoplasia maligna es mucho mayor en fumadores. A pesar de que las concentraciones más altas se detectan en determinados ambientes laborales, como algunas minas, en las viviendas también hay cierta cantidad de radón que puede resultar perjudicial.

El volumen del gas en las casas depende, entre otras cosas, del uranio que contiene el terreno subyacente y de las vías que encuentra para introducirse en las viviendas. El radón se introduce por pequeñas grietas y por los sumideros y desagües, ya que también se localiza en el agua. El tipo de construcción de la casa y el aislamiento de las ventanas también influyen, así como los hábitos de ventilación. Las mayores cantidades de radón se registran en sótanos y en zonas en contacto directo con el terreno.

Cuanto más baja es la concentración del gas, menor es el peligro, pero se desconoce el umbral por debajo del cual no hay riesgo. La mayor parte de los países han adoptado como punto de referencia una concentración de radón en el aire de interiores de 200 a 400 Bq/m3. Hay dispositivos para medir estas concentraciones, pero lo más práctico es contratar a una empresa especializada en estas mediciones.

Para reducir las concentraciones de radón, es importante una buena ventilación de la casa, sobre todo de los sótanos y de las zonas en contacto directo con el suelo, donde para minimizar riesgos cabe la posibilidad de instalar bombas extractoras.

Relación entre cáncer y campos electromagnéticos

Otro enemigo invisible son los campos electromagnéticos (CEM) creados por los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) los ha clasificado como "posiblemente cancerígenos". Con los datos disponibles en la actualidad, se han incluido en el grupo 2B, categoría que se utiliza cuando se considera que una asociación causal es creíble, aunque hay factores que no permiten hacer la aseveración con una confianza razonable.

De todas formas, siguen los estudios para analizar con mayor profundidad los posibles efectos a largo plazo del uso de los móviles. Las investigaciones se han centrado sobre todo en hallar un nexo entre los tumores cerebrales y el móvil. En un estudio realizado en varios países, no se constató un aumento del riesgo de padecer un tumor cerebral con el uso del teléfono móvil durante más de 10 años, aunque hay ciertos indicios de un aumento del riesgo en el grupo de personas que utilizaban más el móvil.

No hay duda de que esta es una cuestión de vital importancia, dado que en los últimos años se ha incrementado la exposición a campos electromagnéticos con el uso masivo de aparatos eléctricos, dispositivos de telefonía móvil y pantallas de ordenadores, entre otros dispositivos. Hasta que no haya una evidencia segura, es razonable minimizar la exposición a los CEM. Una opción sería mantener el móvil y los aparatos electrónicos a una cierta distancia, sobre todo durante la noche. Según los expertos, se debe reducir el número de aparatos eléctricos en el dormitorio, como radiodespertadores o teléfonos inalámbricos, y sustituir la conexión wifi por cable o bien apagarla durante la noche.

Cáncer: alerta con los materiales de construcción

Los materiales empleados en la construcción del edificio o en su equipamiento también pueden resultar nocivos. Por suerte, la mayoría de los materiales peligrosos para la salud ya se han prohibido, pero todavía se localizan en edificios construidos hace años. Uno de los materiales que mayor número de problemas ha acarreado es el asbesto o amianto, muy utilizado como aislante térmico y por su gran resistencia al fuego. Es un material fibroso que desprende pequeñas partículas que pueden penetrar en los pulmones.

La exposición al asbesto puede provocar cáncer de pleura (mesotelioma), pulmón, laringe y también de ovario. Asimismo, es la causa de la asbestosis, una forma de fibrosis pulmonar. Este es un problema de gran relevancia, sobre todo, en ambientes laborales, ya que se calcula que hay unos 125 millones de personas expuestas a este material en el lugar de trabajo. Esto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), provoca más de 107.000 muertes anuales por cáncer de pulmón.

Además, se calcula que cada año se registran varios miles de muertes atribuibles a la exposición doméstica al asbesto, aunque en este caso, es más difícil establecer la relación causa-efecto. Desde el año 2002, en España está prohibido su uso.

Otros materiales potencialmente cancerígenos son los PCB, ya prohibidos, pero utilizados por sus propiedades aislantes en numerosas aplicaciones, como transformadores y condensadores eléctricos, entre otros. Se ha demostrado en animales que son cancerígenos y se considera muy probable que tengan los mismos efectos en los seres humanos. La creosota es otro de los compuestos de la lista negra. Utilizada sobre todo como protector de la madera, es un producto clasificado como carcinógeno.

Desarrollar cáncer por ser fumador pasivo

La contaminación del aire es un enemigo más de los pulmones y causa alrededor de 150.000 muertes anuales por cáncer de pulmón. De ellas, la mayoría se deben a la contaminación del aire exterior, pero se estima que unas 20.000 son causa del tabaquismo pasivo, es decir, de la inhalación de humo a la que están expuestas las personas próximas al fumador. Esta cifra no es nada despreciable y debe tenerse en cuenta, ya que se suma a la cifra que provoca en el fumador activo.

De esta manera, los hogares de los fumadores representan un riesgo para quienes conviven con ellos, por lo que se recomienda no fumar en presencia de otras personas y, si se hace en el interior de la casa, ventilar bien los espacios. También hay que estar alerta con otro aspecto: la contaminación del aire de interiores provocada por la utilización de combustibles como madera y carbón, ya que los fuegos abiertos y las estufas generan humos con contaminantes perjudiciales para la salud.

Agua, salud y cáncer

Por último, para una casa saludable, también se debe tener en cuenta el agua, tanto la consumida como la utilizada para la higiene. Los trihalometanos son sustancias presentes en el agua que se han relacionado con el desarrollo de cáncer de mama y de vejiga. Esta exposición puede darse por ingesta, pero también a través de la piel, o inhalarse en baños, duchas o piscinas. Para reducir la exposición, se recomienda evitar duchas largas y minimizar los baños con agua caliente, dejar reposar el agua antes de beberla, consumir agua embotellada o utilizar sistemas de filtración domésticos.




UN HOGAR SALUDABLE PARA PREVENIR EL CÁNCER

  • Ventilar la casa a diario evitará la acumulación de elementos perjudiciales en el aire.
  • No fumar en el interior de las casas, sobre todo en presencia de niños. En caso contrario, ventilar luego la habitación.
  • Procurar que los materiales de aislamiento estén homologados. Si la casa es de vieja construcción y hay materiales potencialmente perjudiciales, renovarlos poco a poco, en lo posible.
  • Minimizar la utilización de espacios habitados en los sótanos y mantenerlos siempre bien ventilados.
  • Es preferible beber agua embotellada. Si se opta por agua del grifo, dejar reposar un poco al aire antes de beber.
  • Ventilar los baños después de la ducha.
  • Desconectar el móvil por la noche o bien mantenerlo a una distancia prudencial.
  • Apagar el wifi por la noche.
  • No abusar de la chimenea y ventilar después la casa.